martes, 29 de enero de 2008

UBICK

El cuerpo-máquina que usa el diálogo como vehículo de comunicación.

El cuerpo como máquina.
El cuerpo se puede definir como una máquina de sí misma, se configura y define para ella, por tanto vive un proceso constante de modulación en busca de estados más evolucionados de percepción. Esta máquina estructurada como sistema perceptivo y experimental se conforma por sentidos receptores de estímulos, los cuales pueden provenir de ella misma o de una realidad externa. Dicha realidad se encuentra mediada por la tecnología, resultando en una configuración de espacio virtual, más ausente de experiencias no simuladas o naturalmente delineadas. El tiempo en esta realidad se convierte en una magnitud controlable, pero a la vez se plantea como una constante agobiante, insuficiente y finita dentro de su infinitud.

Este cuerpo se encuentra delimitado en la masa, lo cual solo indica que es reconocible, mas no identificable en cuanto a características de principio, ni final. El mismo cuerpo es incapaz de definir su principio como masa que habita la realidad, solo conoce sus límites, al conocerlos es capaz de delimitar umbrales que constantemente trata de ampliar para de esta manera extender sus dominios de experimentación, obtener mas percepciones, tener mas sensaciones que contribuyan a ese proceso de constante reconfiguración.
Estos procesos mediante los cuales el cuerpo busca ampliar sus horizontes, identifican su necesidad de ser curioso, el cuerpo quiere descubrirse, quiere dejar de ser un misterio para el mismo, tornándose de esta manera en una “central de deseos y anhelos” afortunada o desafortunadamente va a querer sentir algo más cada vez que siente.
De la misma manera que es capaz de recibir estímulos, también es capaz de generarlos para ser percibidos por otros cuerpos, se puede relacionar con estos por medio del movimiento que adopta como lenguaje.

El diálogo como vehículo
Se entiende al hombre como una composición bipartita, configurada desde la relación entre el ser y el estar.
El estar corresponde a un cuerpo que es una máquina de sí misma, se configura y define para ella, por tanto vive un proceso constante de modulación en busca de estados más evolucionados de percepción.
Se afirma entonces que el hombre como cuerpo quiere definirse desde referentes matéricos, siendo así, ¿Desde dónde se define ese hombre imperceptible por los sentidos, el que es? Corresponde por tanto a la materia ser vehículo del ser; lo que es, se comunica solo a través del estar, únicamente se capacidad de aflorar y percibirse por otro le brinda validez a la idea de diálogo, esa necesidad de transmitir la idea, ese constante brotar de conexiones propias de cada ser-estar. Para posibilitar esta comunicación es necesario que el ser interprete para si lo que percibe, convierta sensaciones en pensamientos y los desarrolle a través de la reflexión y recepción de esas mismas “reflexiones” llevadas a cabo por otro ser, expresadas por otro estar que previamente ha percibido lo exógeno.
El hombre necesita ser social, se concreta como dependiente, toma sentido el ser al poder admitir que es, sabiendo que ve el reflejo de otro ser que a su vez se afirma al reconocerse en otro, siendo capaz de definirse en base a un referente externo a el, solo esto lo afirma.
Si depende de su reconocimiento, confirma su necesidad de comunicarse para si mismo a través del otro, el está para expresar lo que es, no puede estar sin ser ni ser sin estar.

No hay comentarios: